domingo, 7 de noviembre de 2010

El alumno en el centro

Hace varios años que venimos repitiendo (casi como loros) que la educación 2.0* se centra en el alumno. Antes el centro era el docente, se dice.

Suele tomarse esto como una consecuencia inevitable de la virtualidad. No lo es. Es más, aún en el caso de que nuestras vidas continuaran siendo sólo analógicas, la educación también podría estar centrada en el alumno.

Pero no hay vuelta atrás, volvamos a lo digital.

En mi rol de alumna, he tenido la experiencia de cursos de capacitación virtuales en los que este axioma se repetía hasta el cansancio y, sin embargo, el curso mismo estaba estandarizado, los tutores limitaban el contenido y moderaban la participación. Todo encerrado bajo llave en un LMS.

Desde mi rol de docente, me he chocado con los límites que me impone lo escolar. Si la educación está centrada en el alumno, pero el objetivo es que al final del curso ese alumno pueda aprobar un examen estandarizado, o abarcar los contenidos de un programa que es común a todo un grupo, ¿hasta dónde me cubre el paraguas institucional cuando como docente corro el eje y lo ubico en el alumno? Además, si la educación está centrada en el alumno, pero se aprueba con 6 y la calificación máxima es 10, ¿con respecto a qué califico? ¿Qué tomo como parámetro?

¿Qué herramientas me da la institución escolar para que yo como docente centre la educación en el alumno?



¿Qué ocurre cuando se cambia el centro? ¿Acaso no cambia todo? ¿Cuánto y qué están dispuestas a cambiar las instituciones educativas?

De todos modos, no creo que el foco deba estar en el alumno, pero eso es tema de otro post.

*e-learning, educación digital, escuela 2.0 (o como quieran nombrarlo)


Update: esa sintonía que nos aglutina en este espacio virtual tan amplio hizo que después de publicar este post entrara a Facebook y viera este video posteado por Daniel Krichman.
Photo Credit: Zachstern