miércoles, 7 de diciembre de 2011

Primeras Clases


Mi año 1:1 está finalizando. No escribo aquí desde julio y todavía no pude sentarme a mirar hacia atrás con cierta perspectiva; sin embargo estuve pensando en el comienzo del año. Del próximo año.

¿Qué hacemos habitualmente en las primeras clases? ¿Qué cambia cuando tenemos conexión todo el tiempo en el aula?

Esta presentación es, en realidad, un post. Lo escribí pensando en mis compañeros que el año próximo comenzarán con el programa 1:1.


domingo, 31 de julio de 2011

Google Docs compartidos

Google docs fue parte de los cursos de capacitación para docentes que íbamos a trabajar con el 1:1 en mi escuela. Debido a que para abrir una cuenta en google el requisito es tener edad para firmar un contrato legal, no podía pedirle a mis alumnos de 12 años que crearan un usuario. Por lo tanto, al comenzar el año, creaba yo los docs y los publicaba otorgando permiso para editar a cualquiera que tuviera el link. Esta práctica tenía algunas desventajas:

  • Era frecuente que alguien borrara lo que otros habían editado, las ediciones eran anónimas.
  • Todas las producciones eran públicas, lo cual no era necesario.
  • Los alumnos se estaban perdiendo la posibilidad de aprendizajes que podían servir para su formación como ciudadanos digitales.

No suelo insistir con lo que no funciona. Abrí una cuenta en google para que la compartiéramos entre todos. Esto provocó un nuevo escenario que resolvió algunos problemas y multiplicó las posibilidades en la adquisición de nuevas competencias.

  • No sé por qué razón, la frecuencia del vandalismo cayó vertiginosamente. La cuenta es compartida, por lo tanto las ediciones siguen siendo anónimas. Sin embargo, pareciera que el hecho de tener que loguearse desalienta el vandalismo.
  • Es un espacio privado. Mis correcciones, los errores, las notas -sobre todo tratándose de niños de 12 años- es mejor que no sean públicas.
  • Ahora son ellos los que crean documentos, desde el inicio mismo tienen la responsabilidad del trabajo. Hasta este momento sólo he insistido con la edición del título, pero ya tendré que acostumbralos a organizarlos.
  • A mí me resulta muy práctico. (Auto) comparto con mi cuenta personal algunas carpetas y muevo ahí los documentos que tengo que corregir. Por ahora lo hago yo, en poco tiempo espero que aprendan a hacerlo ellos.
  • Los cambios recientes en los comentarios, transforman a los google docs en una herramienta ideal para corregir trabajos escritos.

Admito que el comienzo no fue fácil. He escuchado muchas veces que los alumnos no tienen problemas con las herramientas, pero no es así. Por un lado, 36 niños de 12 años compartiendo una cuenta pueden causar mucho caos. Pero, además, es necesario dedicar un momento (en realidad, varios) de la clase a las dificultades instrumentales que sí tienen nuestros alumnos digitales. Cuestiones tan elementales como escribir un título o agregar un doc a una carpeta, otras más sofisticadas (?!) como compartir o publicar, upload o download no vienen por default entre las competencias de los nativos.


Sí, mucha paciencia para:

  1. Evitar decirme a cada rato, pero yo sólo enseño inglés. (No enseño tecnología).
  2. Respetar los tiempos de cada alumno (tan dispares). 
  3. Diseñar estrategias coaching entre pares (a contramano del individualismo). 
  4. Escribir tutoriales (tan aburrido). 
  5. Pautar dejando espacio para la iniciativa individual y la creatividad (difícil equilibrio).



domingo, 12 de junio de 2011

Prácticas

En el campus virtual tenemos grupos. Un espacio que se puede usar para interactuar con los alumnos. Cada vez que alguien escribe en el pizarrón del grupo, los miembros reciben una notificación por email.

Varios de mis alumnos decían que no recibían estas notificaciones. Pensé que era un problema con la configuración de sus usuarios, pero no. O que era algún problema en el campus, tampoco.

El viernes se me ocurrió hacer una pregunta que tendría que haber hecho al principio:
¿Chequean los mails? 
No. Nunca. De vez en cuando, fueron sus respuestas 
Aja. ¿Cómo se comunican?
Descarté el prehistírico msn. Facebook podía servir.

Recordé ifttt. Cuando abrí mi cuenta, no le encontré mucho sentido. Ahora comenzaba a tenerlo.





Es interesante ver de qué modo nuevas prácticas generan nuevas situaciones. Me parece que este es un claro ejemplo de como los desarrollos tecnológicos cubren (o deberían cubrir) las necesidades creadas por estas nuevas prácticas.

Post en el Campus
Post en inglés

jueves, 9 de junio de 2011

Desafíos y renuncias

Nada me estimula más que la palabra desafío.
La palabra renunciar, la fantasía con la renuncia, es la que me suele calmar en momentos en los que no sé qué hacer.
No tenía pensado hacer las actividades de ArTIC. Sin embargo, cuando leí la palabra desafío, no pude evitar el click.
Claro, el real desafío está para mí en el segundo grupo. Esos desafíos que tienen que ver con el audio. Renuncié a intentarlo ni bien los ví.
Pasaron unos días, ví el post de Diego, entré a Broadcastr (ví que le faltaba la “e” como a Flickr, pensé que es un maravilloso repositorio de oralidad). Tal vez grabar un fragmento de un libro no sea such a big deal, me dije.
Busqué Memorias de Adriano. Recorrí las páginas leyendo mi anotaciones y encontré un párrafo que no recordaba y tiene que ver con la renuncia.



Ahora estoy acá, después de haber creado mi cuenta en Broadcastr, todavía sin grabar y con la duda de si este borrador se convertirá en un post o no.




miércoles, 25 de mayo de 2011

Fronteras


Los alumnos que no están dentro del programa 1:1 siempre me hacen preguntas o comentarios sobres mis clases con computadoras. Les intriga. Hoy tuve con uno de ellos una conversación interesante.

Mi alumno planteaba que internet servía para el entretenimiento y no para la educación.

Intenté convencerlo de que era sólo un medio y de que se podía usar de diferentes maneras. Le dí un ejemplo. Le conté cómo y cuánto aprendí sobre fotografía con mis actividades online. No lo convencí. Ni siquiera lo hice dudar. Es más, mi ejemplo le ayudó a confirmar lo que sostenía. La fotografía es entretenimiento, sentenció.

Recurrí, con cierto facilismo, a ejemplos más académicos y sólo entonces comenzó a dudar.

Un rato más tarde, cuando salí al recreo todavía pensando en esa charla, recordé otra conversación entre docentes en un grupo en FB. Pareciera ser que hay una división marcada entre el aprendizaje y el entretenimiento, entre los espacios sociales y los académicos. Lo interesante sería integrar lo académico en lo cotidiano, decía Diego Levis en el grupo como respuesta a una docente cuyos alumnos preferían no usar FB para actividades académicas (situación que, creo, es mucho más habitual de lo que se confiesa).

Volví a pensar en mi ejemplo sobre la fotografía. No soy una fotógrafa profesional, ni tengo pensado serlo. Nadie me paga por sacar fotos. Es algo que hago en mis ratos libres. Es un entretenimiento, no hay duda. Ahora bien, ¿cuándo ocurrió que el entretenimiento se separó del aprendizaje?


¿Qué aprenden nuestros alumnos cuando se entretienen? ¿Qué espacios formales tienen para capitalizar este aprendizaje? ¿Qué estrategias usan para aprender fuera de la escuela? ¿Son las mismas que aplican para aprender dentro de la escuela?


¿Será que la educación se debe expandir hacia espacios no formales, o que el aprendizaje informal debería irrumpir en los espacios académicos? ¿Quién debería gestionar este recorrido en una u otra dirección?


Y finalmente, esa frontera que atravesamos alumnos y docentes al entrar en la escuela pareciera comenzar a flexibilizarse con la posibilidad de nuevos tipos de vínculos mediados por la tecnología. Pero la cuestión es: ¿hasta qué punto y de qué modo esto nos potencia como aprendices? ¿Nos relacionaremos todos de un modo más autónomo y más activo con el conocimiento?




Foto

domingo, 15 de mayo de 2011

Feeds, vengan!



Cuando comencé a pensar en mis clases 1 a 1, sabía que tendría que resolver cómo recolectar las producciones de mis alumnos. Visualizar de un modo ordenado sus producciones dentro del campus era un problema, sumar a estas lo producido en otros espacios virtuales complicaba más la cuestión.


Sólo dos cosas tenía en claro.
Primero: no lo iba a hacer manualmente
Segundo: en el RSS estaba la solución, por supuesto.


Comencé a imaginar lo complicado (como de costumbre): un tag en Google Reader, pipes y otros delirios. Pero todo esto requería de mi trabajo permanente durante todo el año ya fuera para alimentar el feed (valga la redundancia) o para actualizar las actualizaciones (valga también).


Por suerte, existe gente que desarrolla tecnología para hacernos la vida más fácil.


Recordé que Diigo ofrecía cuentas para educadores. También recordé un artículo que había leido sobre la posibilidad de generar un e-porfolio en Delicious. No puedo atribuir esta última idea ya que es bastate vieja, pertenece a los tiempos en los que o bien no guardaba absolutamte todo lo que me interesaba en Delicious, o bien lo guardaba pero economizaba (con mentalidad 1.0) etiquetas.


Bueno, todo lo anterior no tiene ninguna importancia. El post comienza aquí:




Mis alumnos (12 años) guardan todo lo que producen en nuestro grupo en Diigo. Cada uno tiene su tag. Copio el código de cada tag/alumno en un artículo en el campus y los feeds llegan solos, organizados por alumno. Sí, copiar y pegar todos los códigos -36, para ser precisa- lleva tiempo; pero se hace una sola vez. Además del hecho de ser a once in a lifetime task, creo que tiene otras ventajas para mis alumnos.




  • Los alumnos tienen una experiencia (aunque limitada por la protección de sus membresías de alumnos) en el mundo de los marcadores sociales.
  • Comienzan a comprender el valor de las etiquetas.
  • Son responsables en forma individual de la etapa final de sus propias producciones ya sean individuales o colectivas (la autonomía viene con responsablilidades).


Esta es la solución que encontré; por supuesto, no es la única. Me encantaría saber de qué modo mis compañeros están resolviendo esta cuestión.

Fotos:
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Placing the go stone
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