Via Aulablog 21 leí el artículo de Humberto Eco publicado en La Nación, ¿De qué sirve el profesor?
Difícil agregar a lo ya escrito. Pero me permito enfatizar, si la información -antes propiedad de los docentes- ahora es pública, ¿no es urgente que nos replanteemos para qué servimos? ¿Dónde está ese debate? ¿En qué lugar de este país? Hace unos meses que lo busco y no lo encuentro.
Como dice Claudia Ceraso:
…¿Para qué educamos? se vuelve una seguidilla de interrogantes. Por momentos nos fascinamos y no pocas veces sufrimos asistir al fin de la era de los expertos absolutos.
Esa es la certeza, ya no hay expertos absolutos.
Leo a los expertos discurrir sobre la Web 2.0 en artículos enciclopedistas, forzando certezas que la práctica -mí práctica, grita: falso. Después busco qué hace el experto, y encuentro que hace dos años dejó un blog abandonado, o que todo lo que hay sobre él (perdón por el masculino) es más artículos enciclopedistas, entonces digo, ah, supone, pero no sabe.
Diálogo. Abrir el diálogo. Invito.
¿De qué sirve el profesor? Tal como están las cosas, y si sigue haciendo lo que hace(mos) de muy poco.
ResponderEliminarFrancoise Dolto, decía: ¿Hay algo más aburrido para todos, que un profesor parado frente al aula repitiendo cosas que ya sabe y que los chicos saben que ya sabe? Probalemente no. Lo que nos cuesta entender que ahora enseñar no es transmitir conocimientos sino ayudar a crecer, enseñar a aprender, ayudar a pensar... Y de todo eso, la mayoría de nosotros sabe bastante poco!
Saludos!
danielk
Era esa repetición de las cosas que ya sé lo que me estaba empezando a aburrir, tanto que hasta llegué a pensar en dedicarme a otra cosa.
ResponderEliminarDescubrir todo lo que tenía para aprender haciendo, en realidad, la misma tarea de siempre me reconcilió con mi profesión.
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